Debate sobre el voto y otras cuestiones

por Abel Abajero, Franco y Ricardo Zambrano

Introducción

Aquí les preproducimos un debate que se suscitó a partir de la intervención de Abel Abajero en forma de sátira política. El Programa radial Leña al Fuego que dirige Herman Schiller convocó a un panel a Fernando Esteche (Quebracho) y Christian Castillo (PTS-FIT). Abel Abajero en su mensaje dijo:

Es muy tragi-cómico este panel de debate. Espeche que promueve voto Scioli, cada vez que habla conquista un voto en blanco. Chipi Castillo que promueve el voto en blanco, cada vez que argumenta logra un voto más para Scioli.

Desde ahí, se produjo el siguiente debate epistolar:

Sobre Macri y sus votantes

Hay que recordar que el votante de Macri tiene un hilo conductor con el apoyo a los bombardeos a la Plaza de Mayo en el 55, con el golpe, con la proscripción en la década del 60, con el apoyo al golpe del 76, fueron los defensores de los militares genocidas. Seguramente votaron a Menen en el segundo período, y luego, lo volvieron a votar el 2003. Hoy son el antikichnerismo que entre otras cosas defendió al coimero de Nisman. Pero habría que estudiar sociológicamente con mayor profundidad ya que se trata de una característica de las oligarquías y burguesías latinoamericanas que desde la colonia y luego en el periodo poscolonial fueron verdaderas bestias insaciables, recurrieron a la segunda esclavitud cuando ya había sido abandonada por los romanos y a la explotación bárbara de los trabajadores con una democracia sin democracia durante el siglo XIX y XX. Repito son bestias insaciables que no he visto en otros continentes. Las burguesías industriales europeas con la desocupación han sido proclives al subsidio a los desocupados, aquí en el periodo de Menen mandaban a la gente a la calle sin un peso, se repite en las declaraciones de Melconian. Hay algo de siniestro, un plus, en las clases dominantes latinoamericanas cuya génesis hay que rastrearlo en ese pasado colonial.

Veremos que sucede.

Saludos

Franco

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Al Programa»LEÑA AL FUEGO»

Querido Herman,

un gran saludo a todos los participantes del programa, y esta es mi opinión sobre el tema hoy en debate:

– los militantes revolucionarios tenemos DOS tareas por delante:

  1. impedir que el representante del más recalcitrante neoliberalismo (Macri) llegue al poder, y que se impongan todas las peores consecuencias económicas y represivas que él representa,
  2. lograr mediante mecanismos de auto-organización la implementación de una alternativa política a la dirección bonapartista, corrupta, oportunista y reformista burguesa expresada por Scioli.

Pero ambos no son iguales: recordemos el grave error stalinista del Partido Comunista Alemán en vísperas del ascenso de Hitler al poder: ellos manifestaba que el enemigo de la clase obrera era el social-fascismo, unificando bajo ese rótulo a los socialistas y a los nazis, (es decir, diciendo que eran algo igual, algo semejante, ambos enemigos del proletariado) y facilitaron de esa manera el ascenso de éstos al poder. Era verdad que los socialistas votaron los créditos monetarios para la Primera Guerra Mundial, pero sus militantes habían asimilado esa claudicación nacionalista, señalada correctamente por Rosa Luxemburgo y Karl Liebnecht.

Compañero Castillo, Trotsky se pronunciaba fervientemente por la unión izquierdista entre comunistas y socialistas, e incluso con todos los sectores democráticos, frente a los nazis.

Abrazo

Ricardo Zambrano

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La analogía histórica acerca de la conducta política del stalinismo europeo ante el incipiente ascenso del nazismo es una buena evocación que hace Zambrano (de hecho utilicé la misma en un debate reciente). Pero…siempre hay un pero. La correcta postura de Trotsky en aquel momento (clamando la unidad de comunistas stalinianos y socialdemócratas) tenía precisamente como base que, tanto el PC como el PSD, eran grandes partidos obreros en condiciones (todavía) de movilizar a las masas con un sentido antinazi. Aquí es dónde flaquea la analogía en relación a la Argentina 2015. Y flaquea mucho. El peronismo K de ninguna manera puede asemejarse a aquellos partidos de Alemania, ni por ideología ni por su base social. Ni tampoco con el peronismo original (1945). El régimen bonapartista/seudodesarrollista 2003/2015 exitoso en sus dos primeros gobiernos está descompuesto y su eventual sucesor peronismo sciolista (que no es reformista burgués porque no presupone ninguna reforma progresiva), ante la crisis económica incubada y a desatarse en cualquier momento, tiene ya prefigurado un rumbo más similar al peronismo del menemato (todo con matices y aggiornamientos).

La apuesta a enfrentarlo con «mecanismos de auto-organización» es un enunciado abstracto y espontaneísta. La experiencia de nuestra Rebelión 2001/02 es un antecedente cercano. Esa hipotética auto-organización si no va consustanciada con una genuina organización política revolucionaria (de la que carecemos en la actualidad), presupone la crónica de una derrota anunciada. Igualmente, si esta apuesta (que no la encontramos en el activismo sindical clasista ni en la izquierda FIT y afines) fuese acertada, también podría ponerse en marcha ante un eventual gobierno Macri, gobierno que, ante su relación de fuerzas parlamentarias desfavorable, bien podría recurrir a un «fujimorización» a la macri/massista (coincidiendo con la descripción de la burguesía y el gorilismo que hace Franco). Es decir, se trataría de conformar una nueva resistencia, consigna que enunció la original CTA frente al menemato, pero que jamás dio un paso consistente en esa dirección.

De todas maneras, debe tomarse en cuenta que más allá de los pronunciamientos grupales/individuales frente a esta coyuntura electoral, cualquier propuesta emergente desde las izquierdas actuales, no tienen ninguna posibilidad de incidir efectivamente entre el electorado.

un saludo a todos

Abel

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Estimado Abel Abajero,

suponiendo que mi postura sea «abstracta y espontaneísta», …¿cómo se explica el/los fenómenos de PODEMOS en España y el movimiento griego de Tsipras en Grecia y otros que amenazan en otras latitudes? A no responderme del cambio de posición de este último frente al chantaje europeo.

Lo que sí me parece desactualizado es creer en «Organizaciones políticas revolucionarias» si se considera que desde la derrota de la dictadura de Ferdinando Marcos en Filipinas en la década del 80 ningún régimen dictatorial /autoritariO fue derribado por organización revolucionaria alguna sino por fenómenos de masas autoorganizadas, y cito no en orden cronológico a Salinas de Gortari, Collor de Melo, Fujimori, Suharto, De la Rúa, entre tantos otros que no me vienen a la memoria. Creo que el fenómeno de la comunicación social de masas (léase la informática) ha cambiado el funcionamiento social (ver Negri/Hart en ese sentido).

De allí que empleando esa convicción son mis tomas de posición, tanto en la actual respuesta cuanto en el mensaje a Herman Schiller que seguramente él leerá.

Respetuosamente

Ricardo Zambrano.-

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Releyendo lo enviado me vienen a la memoria algunos otros movimientos de masas autoorganizadas que derribaron gobiernos autoritarios: en Rumania, con Casescu, y, uno de los más importantes, Solidarnosc en Polonia.

Creo que la hora de los «partidos revolucionarios» debe dar lugar a DOS cambios:

  1. bregar por una nueva cultura ideológica de las masas una vez que acceden al poder, dado que la que poseen está fuertemente impregnada de contenido burgués, y del de ahora, es decir, corrompido, individualista, «tinellizado», poniendo como ejemplo lo que yo vi en la Venezuela de 2003, cuando asistiera al foro social mundial y observara fenómenos absolutamente inaceptables por parte del chavismo en el poder, y agrego todo lo ocurrido en Cuba, China y demás países que echaron abajo al capitalismo pero sin construir el socialismo, lo cual es perfectamente aplicable a la Argentina de hoy, que ni siquiera tiene aquellos méritos revolucionarios pero sí todo lo que corresponde a individualismo y corrupción. Agrego que Berlusconi y Sarkpzy son buenos ejemplos que van en en igual dirección en el campo burgués,
  2. Esos partidos deberían ser herramientas para la autoorganización de las masas, si no, qué es lo que nos dice Marx en el «Manifiesto Comunista»? Los comunistas no son los padres de la nueva criatura (léase nueva sociedad), más bien son los «parteros» de la misma, los verdaderos padres son los trabajadores, las grandes masas proletarias. Si no actúan así, forzosamente se copiarán del modelo burgués, se corromperán, y terminarán como lo vienen haciendo hasta ahora. Como decía Walter Benjamin «desde que apareció, el ANTICRISTO no ha dejado de vencer…(en su lenguaje, Anticristo=burguesía). RZ.-

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Querido Herman y compañeros,

Después de una noche motivadora en recuerdos, y deseando ampliar el intersante debate suscitado a partir de mi toma de posición frente al inminente balotaje, ¡¡deseo agregar más «Leña al fuego»!!

Me vino a la memoria lo ocurrido en Bolivia a partir del derrocamaiento de Gonzalo Sánchez de Lozada, reemplazado por Carlos Mesa y el ascenso de Evo Morales, luego de las «guerras del agua y el gas», en la década del 2000, máxima expresión del intento neoliberal opresivo en el altiplano.

Bueno, ahí existe una interesante confluencia entre el MAS (Movimiento al Socialismo) y las masas oprimidas (mineros volcados al cultivo de la coca y otras nacionalidades indígenas).

Esto ha dado lugar aun fenómeno inédito, que sobre un amplio consenso democrático, respeta a todos los grupos étnicos, ha derrotado las intentonas golpistas de los provocadores de santa cruz de la sierra, respeta la voluntad expresada cuando evo propusiera atravesar zonas aborígenes con una ruta deforestadora y, en fin, sobrevive y es un excelente ejemplo de lo que puede ocurrir cuando un partido (el mas), sirve a la autoorganización social generalizada.

Conclusión: ¡qué excelente ejemplo de una utopía llevada a buen puerto!, ¿¿no, compañeros??

Ricardo Zambrano

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A Ricardo compartiendo con todos:

1) efectivamente los procesos enumerados, a partir de movimientos más o menos espontáneos, han conseguido derribar regímenes opresivos varios. Algunos dieron lugar a nuevos gobiernos y otros aún permanecen en oposición. En ningún país donde accedieron al gobierno, iniciaron un proceso de transformación o transición revolucionaria. Al pasar de la situación de oposición al gobierno (que no al poder) pusieron de relieve que su estructuración política no difiere radicalmente de los partidos burgueses que les precedieron. Una de las razones es precisamente porque su crítica radical (como movimientos masivos) al poder dominante, no va acompañada de una propuesta o un ideal revolucionario (sí lo existe a nivel de grupos que participan dentro de esos movimientos, en todos los casos como tendencias minoritarias). La conducción, la dirección de esos movimientos que emerge luego de un cambio de gobierno a) se impone sobre (y a veces en contra) las masas autoconvocadas; b) de la resistencia a los planes impuestos por el capitalismo imperialista pasan a una situación de indefinición que interrumpe el proceso que, en nuestros sueños, debería ser una revolución ininterrumpida. Cada ejemplo es distinto, pero México, Brasil, Indonesia, Perú son elocuentes (dejamos de lado, expresamente, casos Bolivia, Venezuela y Argentina). Los movimientos democráticos/antiburocráticos contra los regímenes stalinistas (Polonia, Rumania) devinieron en partidos y gobiernos tan reaccionarios como los que derribaron (en Polonia, donde había embriones de marxistas antistalinistas desaparecieron como fuerza política).

2) Lo de Venezuela que señala Ricardo es tal cual (peor en algunas situaciones). Ese proceso no se debe por la emergencia de un partido como el PSUV, sino precisamente porque los grupos e individuos revolucionarios dentro del bolivarianismo no supieron/no pudieron madurar una propuesta alternativa y de alcance masivo. Da la impresión que es también un proceso interrumpido, pero en este caso hay que tomar en cuenta que la situación venezolana es de virtual guerra civil, aunque sus contrincantes no quieran usar esa categoría (el chavismo enuncia guerra económica, la derecha denuncia «dictadura»). Y que aquí la intervención imperialista es más decisiva.

3) Bolivia: el MAS sí logró democratizar el Estado y se apoyó para triunfar en los movimientos autoconvocados no partidistas. El MAS es un partido/movimiento sui-géneris, pero de hecho, gobierna como un partido, coexiste con esos movimientos. Ese sí que es un proceso reformador (para no usar el término reformista habitualmente dotado de un significado peyorativo). Pero los movimientos autoconvocados, más allá de su resistencia antes al liberalismo y ahora a medidas negativas del gobierno/MAS, ¿a dónde apuntan? Tienen una década o más de existencia, tienen sus «tiempos». Quien no les va a dar tiempo, es la revancha capitalista. Por el momento, la fuerza imperialista está concentrada en asaltar Venezuela

4) Suponer que TODA propuesta política revolucionaria organizada es ajena a los movimientos de masas por las trayectorias de anteriores partidos de izquierda diversos (stalinistas, trotskistas, etc.) es un planteo, una postura, que no comparto. Afirmar que un ideario/propuesta de organización política revolucionaria es desactualizado, es una tesis que no comparto. Al contrario, estimulo y aliento a su creación, a partir de grupos/tribus o como les quieran llamar, que hoy día están en estado embrionario y por tanto, muy atrasados en cuanto a la necesidad imperiosa que impone la situación de las luchas de clases. y para ser claros, con el objetivo de construir un poder alternativo (eso es, una base de masas) que pueda plantearse la reactualización del objetivo socialista.

Un saludo

Abel

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