Izquierdas ante las elecciones: frentes y errores

por José María Rodríguez Arias

El viejo chiste siempre presente: ten a tres izquierdistas en una sala y verás dos partidos y una línea crítica, llamamientos por la unidad y al final nada de nada. [O como el chiste de los frentes en la Vida de brian, si prefieren]. En Perú, para cuatro gatos que somos en las izquierdas, nos afanamos en cumplir el chiste y hacer bueno el baile de nombres, coaliciones y alianzas, juntos, por separado y suicidándonos. Esto último lo venimos haciendo desde siempre, desde errores tan gordos como apoyar en segunda vuelta a Alberto Fujimori (como mal menor frente al híperderechista Vargas Llosa, ¡quién iba a pensar que Fujimori aplicaría -y mal- el programa de Vargas Llosa y, además, perseguiría y reprimiría a la izquierda con tanta dureza!), dividirnos con el Humala – García (penosa elección de este último) o darle todo el cobijo del mundo a Humala (contra Keiko… vale, Humala nos traicionó desde el minuto dos -que el uno respetó alguna cosa-, pero contra Keiko hasta… espero no tener que optar por ese hasta con puntos suspensivos).

En fin, no les quiero aburrir, ya conocen cómo nos las gastamos. Hasta cuando hacen grandes cosas, demostrando que están ahí y siguen movilizando gente a pesar de que las encuestas no hablan ni del 2% de simpatizantes, terminamos arruinándola. Hablo, por supuesto, de esos dos frentes unitarios donde las izquierdas metieron la cabecita, por un lado, el Frente Amplio (amigos del FA: revisen la ortografía de su web), en cuyas primarias casi la arruinan (donde salió electa la congresista por Cusco -en su día en Gana Perú, bancada que abandonó en el 2012- Verónika Mendoza; por cierto, buena jugada que Arana se incorpore al proyecto de Mendoza: en vez de dividir, une)… el otro invento fue Unidad Democrática, donde participó el partido fonavista Democracia Directa y Únete por otra Democracia (PCP, Patria Roja, PD-Fuerza Social y Ciudadanos por el Cambio); bien, en este caso las primarias, con ochenta mil participantes, sí que volaron (pueden leer una autocrítica aquí).

Pero la historia comenzó a complicarse (más): por un lado, Susana Villarán (exalaldesa de Lima y fundadora de ese partido) renunció a Fuerza Social y se alió con el Partido Nacionalista Peruano para ser la segunda de Urresti; justamente ella, que tanto atacó a ciertas izquierdas por la alianza en Gana Perú (donde mandaba el PNP y que dio la presidencia a Humala), que incluso despreció al PNP cuando fue a las elecciones municipales, ahora va para vicepresidenta de un solitario PNP con un patán de candidato (no son sus palabras, pero sí que no lo veía como un buen candidato); con un nacionalismo que perdió toda su ala izquierda. (Señores, cuidado con los argumentos falaces: que ahora Susana meta así la pata no afecta en nada a su gestión anterior en Lima, o su anterior forma de hacer política). Lo malo es que Susana no ha explicado el cambio de parecer con respecto al PNP o el candidato presidencial y lo peor es que está echando porquería (sin querer, renunció) a FS (que ha sacado un comunicado para recordar que ellos apoyan ahora al FA y que Susana renunció). ¿Queda FS debilitado por todo lo que ha pasado? ¿Se puede estar más débil de como anda ahora?

Por otro, el MAS de Gregorio Santos vio una oportunidad en la rota UD y terminó siendo elegido su líder (Santos) como candidato presidencial del partido fonavista «Democracia Directa» (sí, DD la lía en UD para que gane el suyo y al final queda como candidato a vicepresidente de su propio partido), así MAS, fuerza de izquierdas que si ha ganado elecciones, con presencia en el interior (gobierna Cajamarca), con todo el componente antisistema (que incluso le da el candidato en la cárcel por motivos más o menos políticos), queda fuera de otras sumas de izquierdas y se presenta con otro partido, yendo a la vieja política peruana (partidos de alquiler), pero en raro-raro. Ha conseguido que Patria Roja lo tilde de traidor (pero sin decirlo claro).

Así que por ahí tenemos el Frente Amplio por Justicia, Vida y Libertad, con Verónika Mendoza a la cabeza (miembro de Movimiento Sembrar) en un FA que no es exactamente el mismo que en el 2013 surgió con clara apuesta por la izquierda (no solo por el nombre, sino porque varios partidos luego montaron Únete por un lado e intentaron ese otro frente, UD, como CxC y PCP o, directamente, se quedaron con los fonavistas, como el MAS) que se fue desinflando, mutando, cambiando y sigue en esas; ahora suma nuevamente al PCP, FS y PS, mientras que Patria Roja dice que con ellos no cuenten (que no apoyarán a nadie pues la unidad no se consiguió; ojo, tampoco apoyan a Gregorio Santos, una suerte de traidor en este momento), mientras van perdiendo otros apoyos (como el de Susel Paredes, que era un tanto raro, que si un día con FS, que si otro con FA…). Uno de los minitriunfos es que al ganar Mendoza, Arana (Tierra y Libertad, el partido gordo de FA) no pateara el tablero en plan UD (ahí estuvieron bien los dos, uno aceptando por completo el resultado y la otra dándole la candidatura a primer vicepresidente).

Aún así, no es suficiente: son siglas que para la mitad más uno de los peruanos no significan nada; son nombres que a veces dan más miedo que ilusión (gracias a la gran persecución que han sufrido, desde luego, pero también por sus propios errores). Las izquierdas siguen matándose entre sí en un país donde lleva gobernando la derecha desde hace demasiado, donde lo único izquierdista fue meter unos ministros con Humala que no duraron más que un suspiro (por cierto: el gobierno del PNP ha sido absolutamente continuista en el terreno económico, nada de izquierda por ahí, y conservador en el social demasiadas veces)…

El matrimonio de un frente muy amplio de las izquierdas (desde la muy reformista y timorata FS hasta, bueno, otros decididamente luchadores) parece que es la única salida para, al menos, llevar más voces de izquierda al Congreso (hay un puñado mal contado); este matrimonio trae consigo difíciles peajes, eso se plasma en el propio pre-programa, relajado en los pocos lugares comunes, sin profundidad (ni reformista ni revolucionaria) pero, al menos, un punto común y algo transformador (paso a paso).

El problema es que seguimos sin saber hacer las cosas, lo de UD nos ha dejado en un pésimo lugar, lo de Susana y Gregorio también, incluso me atrevería a decir que fue un pequeño fracaso del FA no haber contado con Únete y que ellos rondaran UD; no es que las izquierdas estén poco unidas, es que los acercamientos con la derecha son tan frecuentes que cualquier nacionalismo termina confundiéndose con izquierdismo, que cualquier propuesta de «transparencia democrática» como bandera de cambio, que la consigna «proceso constituyente» suprime el hablar del contenido de esa nueva carta magna… si no nos aclaramos ni nosotros mismos, ¿cómo demonios vamos a superar el 2% de los votos? ¡Y eso en el mejor de los escenarios posibles!

En Perú, pareciera, las izquierdas no tienen casi sitio, pero en vez de trabajar desde las bases para cambiar esta situación, para colocar en agenda ciertos temas trascendentales para nosotros (es patético cómo, para evitar que nos asocien con tal o cual central, se esconde el tema del sindicalismo y de los trabajadores más allá de proclamas sobre el sueldo), andamos generando ríos de siglas que se unen y separan.

A las derechas no les va mal con el estilo personalista y andar cambiando de partidos, tampoco tienen problemas para asumir tal o cual alianza (como la de Alan con Lourdes), pero es que ellos han creado este sindiós de no-partidos como su lugar de trabajo, con una sociedad desmovilizada e insolidaria… el estado de las cosas es el de la derecha (desde la economía hasta el machismo, la sociedad conservadora y religiosa), con lo que si gana uno u otro las cosas tampoco cambian demasiado (incluso cuando gana uno de los que nosotros apoyamos y tuvo que buscar alianzas con las «derechas progresistas», como Humala), así que cinco posibles presidentes de derechas (todos los que adelantan a FA) no es un problema para la patronal, la Iglesia y demás fuerzas, ¡es una bendición!

No sé realmente cómo se puede salir de esta mala situación (sería soberbio -por decir lo menos- ir más allá de lo ya dicho), pero sí creo que cometiendo los mismos errores no conseguiremos salir de la propia trampa que nos hemos construido.

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3 thoughts on “Izquierdas ante las elecciones: frentes y errores”

  1. Hasta parece que has escrito sobre la realidad política en Argentina. Luego pienso que es un problema a escala global, esto de las izquierdas tirando cada cual a su costal y luego cometiendo errores groseros por falta de consensos y claro, abonando el terreno para el afianzamiento de las derechas que finalmente sí supieron leer a Marx y unirse. América Latina sigue sumida en un sueño, en algunos países grandes sectores que siguen pensando en el progresismo de gobiernos que se entregaron al capital pero que disfrazaron su discurso… y los malmenoristas… ay, ellos!!!

  2. Salud

    Sí, a Argentina (no podía sacarme de la cabeza los artículos de ustedes) o España o… casi cualquier lado.

    Entiendo que haya proyectos más o menos incompatibles en las izquierdas (de socialdemócratas a marxistas hay un mundo), pero también creo que existe una necesidad transformadora de mínimos… y eso se da porque lo que ahora tenemos es «la utopía de las derechas» (lo pongo entrecomillado porque tampoco es del todo así, pero se acerca más a «lo suyo» que a «lo nuestro»).

    Que haya cinco candidatos de la derecha con más del 5% a esas mismas derechas no les molesta, son matices sobre lo que ya hay (más o menos importantes, pero matices), tener medio candidato en la izquierda y que no salga en la foto es un problema… y que sea por nuestros propios errores dobla la gravedad.

    ¡Gracias por el comentario! Hasta luego 😉

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