La encrucijada Argentina 2015

por Abel Bohoslavsky

La encrucijada en que el gobierno nacional se metió – y metió al país – es de lo peor que hubiese podido imaginarse, sobre todo para los que tenían y tienen expectativas de que éste no sea SU fin de ciclo. Pero resulta que el gobierno con su acción (sobre todo) y su prédica, le alfombró el camino a la entente liberal-gorila que machacaba – y parecía poco creíble – con que al peronismo K le llegaba el fin de ciclo.

Aunque los planes económicos de ambos son muy similares – a pesar que Scioli y Macri digan lo contrario para la “competencia” electoral – lo cierto es que sí habrá diferencias según gane uno u otro. No por los personajes en disputa – que se parecen bastante – sino por las fuerzas que los hicieron emerger y a las cuales, en la política cotidiana, deben reportar. Para que se entienda bien: no hubiese sido lo mismo si el ciclo de recomposición económica e institucional iniciado en 2003 lo hubiese presidido López Murphy y no Kirchner.

Hay diferencias entre Scioli y Macri, pero sus planes económicos se diferencian poco: por lo que hicieron en sus respectivas gobernaciones, por sus planes y por lo que traen bajo el poncho. Pero sus bases político-electorales sí se diferencian mucho y eso, políticamente debe tomarse en cuenta. El asunto es que, al candidato Scioli, amén de ser esencialmente reaccionario, quienes lo vapulearon (y no sin razón), son los de su propia fuerza política. No solo ante el mundillo politizado sino ante la (mal) llamada opinión pública. Esa es una cuestión.

La otra es que el mundillo progre que elogia la “ampliación de derechos”, no toma en cuenta el daño que han provocado con sus políticas en la base social/laboral que los apoyó en dos reelecciones con mayorías contundentes. No nos referimos a las estupideces de la propaganda derechista sobre la «grieta» y las «cadenas». Hay mil ejemplos de la realidad económica, política y social. Y si no, relean los sabrosos informes de Horacio Verbitsky domingo a domingo tantos años, para tomar a un analista de su propio palo. Cuando un gobierno hace lo que hizo y después vapulea a su propio candidato, la gente toma al que tiene más a mano. Siempre hay una oferta ahí… a la derecha. Se pasaron años hablando del enemigo Macri y le hicieron creer a millones que ese era el que los podría tirar abajo. Lo hicieron como propaganda en la creencia que nunca iba a ser un competidor fuerte. Profecía autocumplida.

No fueron los izquierdistas los que les serrucharon el piso: se tiraron tiros en sus propios pies y ahora no pueden remontar la cuesta. Le echan la culpa a los que «no saben ver las diferencias», pero esos chicatos acusados no tienen nada que ver con lo que les pasó.

¿Cómo van a reconquistar los 2 millones y medio de votantes que se les fueron a Macri/Massa, si el bigotón Aníbal les dice que fue el “fuego amigo” el que lo volteó a él y el todavía ministro “ferroviario” Randazzo – ¡el candidato de Carta Abierta no hace tanto! – le echa la culpa nada menos que a la Jefa?

En tren de remontar en tres semanas la recaptura de tantos millones de votos, la publicidad de «militancia sciolista» da vergüenza ajena, sólo por usar esas dos palabras juntas que leemos en su propia propaganda. El «analista» Atilio Borón tuvo la osadía literaria de mezclar “la célebre ‘batalla de ideas’ de Fidel” con este menjunje, pidiéndole al candidato Scioli que sea un poco menos K, a ver si ganan los votos de unos cuantos millones de ex votantes K, que los cambiaron por los derechistas Macri/Massa…¡de cuarta SU «batalla de ideas»! Un esfuercito más y se gradúa de Durán Barba K (como disimular un poco a ver si nos votan otro poco). Y la remató macarteando a la izquierda por anticipado por “hacerle el juego al imperialismo”. ¿No era que “a la izquierda de K está la pared”, según el propio Néstor Kirchner repetido hasta el infinito por los kichneristas?

El simbolismo en política, y en cualquier otro asunto terrenal, es muy importante. En la liturgia peronista está sobredimensionado. Un editorialista K la espetó contra “los boludos que hablan de Montaner” para criticar a Scioli. Si hubiese sido Silvio Rodríguez (como lo fue en varios actos kirchneristas), no habría insultado. Parece que nadie le informó que el cantautor argentino/venezolano amigo de Scioli es un furibundo antichavista, gusano verdugueador del vapuleado Nicolás Maduro y propagandista del facho Leopoldo López encanado en Caracas. ¡Y Scioli lo llevó al Luna Park! ¿Simbolismo de la “integración” regional que pregona? Antes de las PASO, Espinosa – el jefe del PJ bonaerense – lo gastó al Aníbal por el vice “comunista” (Sabatella) que se había cargado en la fórmula. Los progres que se sumaron al peronismo K entusiasmados con que el justicialismo “siempre fue frentista”, parecen no entender al peronismo, algo que le critican a todas las izquierdas. Pero no porque les falten lecturas, sino porque carecen de práctica político-social, allí en fábricas, talleres, barrios, escuelas y todos los centros de trabajo de nuestra precarizada vida. ¡Hay que vérselas con punteros, burócratas, jefes de personal y jefes de oficina!

Pero este sector politizado no es el centro del problema. El asunto es cómo resolverá el peronismo su crisis según cuál sea el resultado de la segunda vuelta. ¿Recomposición/más descomposición? En ese asunto, los progre no tienen ni arte ni parte.

Y reiteramos que no será lo mismo un resultado que otro. Si gana Macri, la rancia derecha que en el terreno electoral nunca pudo avanzar más de lo que llegó con Alsogaray, sentará un nefasto precedente histórico. Y aplicará las políticas que intentó camuflar la publicidad de Durán Barba desde que Rodríguez Larreta le ganó arañando la segunda vuelta a Lousteau, elección en la cual la cúpula del PJ-FPV se “abstuvo” (¿le hizo el juego al imperialismo?).

En un siglo de regímenes constitucionales, la derecha jamás logró un respaldo electoral mayoritario. Si lo llegase a lograr después de la década de 12 años de gobiernos progrepopulistas no será responsabilidad de las fuerzas políticas socialistas y anticapitalistas que electoralmente no han desarrollado una incidencia que pueda modificar la institucionalidad en los marcos del sistema. Lo que sí debe saberse desde ya, que no será una derecha “civilizada” como han supuesto algunos de los “analistas” oficialistas y de la propia derecha. La profundización de la barbarie capitalista en todo el mundo reflota y regurgita basura fascista como en la crisis del ’30, como antes y durante el golpe gorila del ’55, como en el régimen fascistoide del 75 que preparó el terreno para el golpe terrorista estatal del ’76, aunque aquí venga disfrazada de globos liberales y pueda legitimarse en votos.

Por eso, bien vale la pena reflexionar sobre la marcha, acerca del pueblo elector, de los 32 millones de empadronados (incluyendo al 20% que ni siquiera se siente atraído a votar). Se entiende el hastío de ver convertida una conquista democrática tan elemental – elegir a los gobernantes – en un mercado de ofertas políticas barnizadas de globos e imágenes seductoras. El espectáculo de una pantalla donde candidatos y “analistas” discuten cómo seducir a un público “comprador” de ofertas es de una impudicia y obscenidad incomparables. Y esto vale tanto para el cínico “asesor” de la derecha que les da libreto a sus candidatos para que no hablen de lo que van a hacer -¡y lo confiesan en público! – como para el “izquierdista” que aconseja al oficialismo usar la lucha ideológica que Fidel convocó contra el capitalismo para reconquistar votantes del macri/massismo y apoyar a Scioli que, cuando pugnaba en la “interna” del FPV antes que defenestren a Randazzo, se reunió en Miami con Clinton para obtener el visto bueno correspondiente.

La trenza judicial-militar-clerical y su “tribuna de doctrina (La Nación) ya publicitan impúdicamente su plan para revertir los juicios a los criminales del terrorismo de Estado. Dan miedo de sólo pensar que puedan ser ungidos gobernantes (insistimos, no creemos que sean derecha “civilizada”), pero acusan al oficialismo de hacer campaña metiendo miedo. Esos derechistas se quejan de que el kichnerismo les saca a la luz sus similitudes con el pasado dictatorial y menemista. Igual que los kirchneristas, que se enojan cuando la izquierda les saca a la luz el pasado menemista de muchas/os de sus principales personajes. Y el gobierno les recrimina la campaña cloacal de Clarín y su cadena contra la presidenta…

Para culminar la competencia, Scioli y Macri, ofrecieron el show de “Argentina debate”, del que los publicistas de ambos bandos y toda la prensa oficialista y antioficialista se vanaglorian de “histórico” y de “ejemplo democrático”. A 15 años de la Rebelión del “¡Que se vayan todos!”… se kedaron y nos dejaron esta herencia. Los presidenciables no pueden articular frases ni seguir un guión largamente preparado.
Siglo XXI: muy parecido al Siglo XX Cambalache, problemático y febril… Pero más vale la letra de ese otro tango político, Bronca, para evocar la actualidad:

Por seguir a mi conciencia / estoy bien en la palmera, / sin un mango en la cartera / y con fama de chabón. Esta es la época moderna / donde triunfa el delincuente, / y el que quiere ser decente / es del tiempo de Colón.

Mejor, entonces, seguir a la conciencia y ser decente.
El “ballotage” – ¡es segunda vuelta! – fue introducido por el dictador gorila general Lanusse en 1972 con la ilusión que el Gran Acuerdo de la dictadura de entonces con las cúpulas del PJ y la UCR, que el peronismo rehabilitado tras 17 años de proscripción no superase el 50% de los votos en una primera vuelta. Los gobiernos posteriores a la dictadura 76-83 lo asumieron como propio y le dieron categoría constitucional en 1994. Y así estamos, en una democracia donde el que sale primero puede salir segundo. Esos “reformadores del 94” bajo el auspicio del Pacto Menem-Alfonsín, también le quitaron validez al voto en blanco (es “no positivo”…jajaja). El voto bronca en blanco no es una alternativa institucional, sino una forma de expresar políticamente esa Bronca del tango. El futuro político podrá ser positivo si se construye una nueva resistencia y una alternativa que, para ser tal, debe reunir dos requisitos: proyectarse como una política hacia las masas del pueblo que hoy legitiman planes capitalistas y tener un contenido socialista, eso que la restauración liberal/populista ha intentado borrar del horizonte. Nos cabe mucha responsabilidad a quienes hasta ahora no supimos cortar las malezas para sembrar estas semillas.

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3 thoughts on “La encrucijada Argentina 2015”

  1. Coincido totalmente, incluso en la denuncia del balotaje, como forma profundamente antidemocrática, que no leí a nadie, desde la izquierda, denunciar. Después de ver los «debates», estaba pensando (y escribiendo), con la mente cruzada por una imagen del «grotesco nacional», la forma teatral creada por unos de los Discépolo (el mayor), para desenmascarar los males de aquellos tiempos de inmigrantes y la hipocresía cultural que nos impusieron las clases dominantes, y que su hermano, Discepolín, supo abreviar con la maestría de lo sencillo en el siempre vigente Cambalache, que utilizas para desnudar el período dramático al que nos vuelven a empujar los progres, ahora K, cuando se ven obligados a abandonar la escena. Hasta ahora no logramos separar la biblia del calefón.
    Un abrazo NB

  2. BUENÍSIMO ANÁLISIS… LA CONCLUSIÓN «EL FUTURO POLÍTICO PODRÁ SER POSITIVO…
    NUNCA ES TARDE PARA SEMBRAR LA SEMILLA, AUNQUE YA HAY SEMBRADAS EN LOS LABURANTES QUE PASARON POR ARRIBA A SUS BURÓCRATAS (ACEITEROS, 60, CRESTA ROJA) POCOS ESTUDIANTES QUE SE PREOCUPAN POR SABER DE LA HISTORIA,NO FUE EN VANO. COMPARTO.

  3. Abel, mandaselo a Resumen Latinoamericano

    La cuarta (¿será de una IV que yo no conozco?…hay tantas) salió en este DeIgualaIgual escrita por un amigo Igual. Dice el PaPo:
    “Abel Bohoslavsky que en este blog plantea que hay una diferencia de clase entre los dos candidatos. Macri representa a la «rancia derecha que en el terreno electoral nunca pudo avanzar» dando a pensar que un voto a Scioli sería «el mal menor». Pero soy injusto porque Abel cierra su nota explicando que el voto en blanco es una forma de expresar la bronca popular».

    ¿Cómo es la cosa? Abel dice que hay una diferencia de clase… ¿dónde dice eso? Abel dice que como “Macri representa a la rancia… …dando a pensar que Scioli sería ‘el mal menor’”. Termina de decirlo y se da cuenta que no y se disculpa por la injusticia de la frase anterior, solo porque al Abel se le ocurrió decir, al final, que mejor voto blanco.
    Muchachos, si ustedes hablan día a día con sus compañeros de laburo (si tienen paciencia) y escuchan sus kilombos en la cabeza, imagínense si leen esa frase (¿irónica?) y “entienden” una parte: o piensan que Abel está muuuuy pifiado o piensan que PaPo es un jodedor que está loco. Y sí, piensan que está loco, porque después dice:
    “Pero sobre todo, y en eso Abel tiene mucha razón, desprestigiando al progresismo y a la izquierda dieron pie para que surgiera, por vez primera en la historia argentina, una derecha que pueda triunfar electoralmente”.
    ¡Ah! Entonces Abel tiene mucha razón “en eso”. Pero resulta que Abel también escribió:
    “Aunque los planes económicos de ambos son muy similares – a pesar que Scioli y Macri digan lo contrario para la “competencia” electoral – lo cierto es que sí habrá diferencias según gane uno u otro. No por los personajes en disputa – que se parecen bastante – sino por las fuerzas que los hicieron emerger y a las cuales, en la política cotidiana, deben reportar….Hay diferencias entre Scioli y Macri, pero sus planes económicos se diferencian poco: por lo que hicieron en sus respectivas gobernaciones, por sus planes y por lo que traen bajo el poncho. Pero sus bases político-electorales sí se diferencian mucho y eso, políticamente debe tomarse en cuenta”
    ¿Ahí dice que Scioli y Macri tienen “diferencias de clase”? Si vos le decís a alguien desprevenido (como son 32 millones de empadronados) que Abel dice que los dos candidatos tienen diferencias de clase… y…capaz que se le quedó ese cliché y no puede discernir que lo que escribió es otra cosa. Y Abel está convencido que eso ocurrirá así. Puede estar equivocado, claro. Pero quiere representarles en el imaginario, en sus cabecitas locas y confundidas que las situaciones políticas (esas que ahora llaman “escenarios” como si fuera un teatro) cambian y/o son diferentes según qué tipo de gobierno se imponga. Si Macri gana, en el imaginario popular será por un largo tiempo, el triunfo de un grande y buen liberal contra “la dictadura” que es “montonera”, “izquierdista” y todos los dislates muy bien vendidos y muy bien comprados (y en vez de Brieger en Visión7Inter va a estar Jorge Castro, y en vez de 6-7-8 va a estar Beldi). Y si Scioli ganase, será para unos un “triunfo peronista” y para otros un “triunfo contra el imperialismo” (jajajajaja). Compañeros, estamos hablando de la subjetividad, de la conciencia, de la conducta determinada por imaginarios, todos falsos, pero que valen para muchos, para demasiados.
    ¿Quieren dos ejemplos del día? Un compañero de laburo de categoría laboral baja, muy piola, muy participativo en asambleas del gremio y manifestaciones, me dice: “Usted que sabe, ¿por quién hay que votar”. Le respondo que los dos son diferentes pero que nos van a cagar salarialmente y me responde: “No, yo creo que hay que votar a Macri, porque Macri la va a ayudar a la María Eugenia y entonces va a haber plata en la provincia para que nos devuelvan el 3% de antigüedad de los años 90 que nos deben. Scioli no le va a dar plata”. Me aclaró que hasta el otro día nunca había oído hablar de esa mina que ahora es gobernadora. Seguimos charlando y me dice que en primera vuelta “yo voté a Del Caño, porque aunque no me van muchas de sus cosas, es un tipo simple que vive de su laburo de docente”. Sin palabras.
    Recién vuelvo de un cónclave de la guardia del PAMI. No les cuento las puteaderas que le lanzaron unos 200 a muchos directivos. Al salir, reencuentro con compañeras de laburo que hace años no nos veíamos, todas participantes de luchas reivindicativas en los 90 y el 2000. “¿Che Abel, a quién votamos?” . Les digo lo que pienso y me dicen que “nunca estuvimos peor que con estos (los K)” y que quizás con Macri estaríamos mejor. Le recuerdo que Rodríguez Larreta fue uno de nuestros interventores en la época de De la Rúa y que el plan de privatización de la guardia que los K impusieron era obra de R. Larreta y su “grupo Sophia” y que se lo paramos con bastantes kilombos que le hicimos. ¡Ah, nadie se acordaba! Y de todas maneras, dijeron que peor que estos no habrá.
    Loco, cuando escriban cosas, no le metan más kilombo a la gente. Que está mal, pero que está bien, tiene razón, pero se equivoca. ¡Ah! Y eso de que Galasso de historia sabe mucho, leé de nuevo lo que escribió Abel sobre como miente Galasso, sobre Tosco, Trotsky y lo que se te ocurra.

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