«Déjà Vu»

por Pablo Pozzi

Anoche tuve sensaciones encontradas: hartazgo, alegría, consternación, preocupación y sobre todo un déjà vu. Yes, una de esas cosas como en Matrix 1, cuando Keanu Reeves ve un gato negro dos veces y uno sabe que algo anda mal. Pero al pobre de Keanu se le viene la Matrix encima, mientras que a nosotros lo que nos anda mal es «la patria que supimos construir». A las 19:30 Macri iba ganando por 10%, y yo estaba asustadísimo: si el pibe ganaba por goleada iba a tener las manos libres para hacer lo que quisiera; más o menos como Cristina hace cuatro añitos. Desde ese momento empezaron a llorar todos juntos los jóvenes K, los PC, los ñoquis, los oportunistas de siempre que no se avivaron de cambiar de bando antes de tiempo, los zurdos convencidos que «se viene el ajuste» y que «perdió el pueblo». Todo mientras los lúmpenes de Quebracho llamaban a impedir que asuma el nuevo Presi, mi amigo del PC recordaba al Che llamando a la resistencia, y los chavistas de siempre (que antes eran petistas y antes argentosandinistas y en el medio zapatistas de la UBA) me acusaban de ayudar al triunfo del imperialismo con mi voto en blanco y mis esfuerzos confusionistas. «¿Estás alegre Pozzi? Los gorilas siempre antipopulares.» Y todo porque Macri le ganó a Scioli por 51 a 48.

Caramba, una vez más soy malo malo malo. Sobre todo porque perdió el candidato nac&pop que nadie quería y que todos insistían que lo iban a votar para cerrarle el paso a la derecha «tapándose la nariz». Usted se preguntará ¿por qué se iban a tener que tapar la nariz? Obvio, porque Scioli era también de derecha. Pero Macri traía el ajuste (que en realidad se viene haciendo desde 2011), ¿y Scioli? Bueno, iba a tener que ajustar también. Pero «estaba basado en el pueblo». Sure thing, baby… igualito que los Kirchner, el pueblo de los que nunca trabajaron un día en su vida, y se han robado hasta el picaporte… y «el pueblo no lo va a dejar hacer el ajuste». Hhhhhmmm, ¿dónde escuché esto antes? ¿Dónde he visto esas lágrimas previamente?

Y de repente se me iluminó el marote: en octubre de 1983 lloraban porque había ganado Alfonsín y habían perdido los muchachos Hermino Iglesias e Italo Luder, dos próceres «del pueblo» aunque hubieran estado metidos con la dictadura, la represión y las paramilitares. De hecho argumentaron lo mismo: ahí está el pueblo. Y… otro flash. Dijeron lo mismito en 1989 cuando votaron a Menem. Ahí no lloraron porque ganó el pueblo… si, seguro. Como siempre gracias a esta muchachada progre de la boca para afuera, el conservadurismo peronista siempre encuentra un ropaje que lo haga potable. La recompensa es obvia: cuando ganan pues la progresía accede a subsidios, carguitos, nombramientos sin fin. Pero a no confundirse, el apoyo tiene que ver con principios… y el hecho que son profundamente oportunistas, que no aprenden de sus errores, y que tienen menos neuronas que mosquito anófeles (o sea si te pican sin pensarlo te dan malaria).

Claro, en un remedo del PC en 1946 insisten que el «pueblo perdió». ¿Lo quéeee? Digo, si casi 52% de la gente votó al otro tipo, supongo que hubo muchos laburantes y gente «pueblo» que votó a Macri. Y eso que el oficialismo tenía toda la guita, todo el aparato, todo el clientelismo, y con las huestes progres asustadas porque «se viene la derecha» (tenían razón ganaran quién ganara se venía, o quizás mejor aun ya había llegado… digo, porque yo le creo a Cristina cuando insistió una y otra vez que los K no son de izquierda, y el centro se corrió a la derecha hace mucho). Hhhhm seguro que los que votaron a Macri lo hicieron confundidos, o porque tenían poca conciencia, o por clientelismo…

A ver algunas precisiones o ideas sueltas. Lo primero es lo primero. Hace rato que nadie tiene la vaca atada. La gente vota para un lado, y luego para el otro. Los mismos que votaron peronista o zurdo en una elección, votan liberal en la siguiente. Esto pasa por lo menos desde 1991 cuando los tipos que habían votado a Izquierda Unida y Luis Zamora en 1989, votaron al milico Aldo Rico. Hemos entrado al mundo moderno donde se acabó la lealtad partidaria y se la reemplazó por el «qué me conviene», el «qué me dan» o el «a quién le tengo bronca o me cae bien». Igualito que en tantos otros lados. El resultado es que hay que gente que votó al FIT en las PASO, a Massa en las generales, y a Macri en el ballotage.

Eso nos lleva al segundo punto. «La gente vota peronista». Nyet. La gente vota localista. Sólo los viejos como yo tenemos recuerdos de Perón, y resto no tienen ni la tradición. Se puede ser peronista como se puede ser cualquier otra cosa. Y esto, en particular ha afectado a los trabajadores. Por eso las zonas más modernas del país, o sea con mayor concentración industrial y obrera, votaron a Macri. No se confundan, obvio que hubo obreros que votaron a Scioli, pero lo importante es que los hubo (y muchos) que votaron liberal y que éstos nunca habían logrado hacer pié en la clase obrera.

Lo cual nos lleva al tercer punto. ¿Doce años de revolución kirchnerista para esto? ¿Para que gane Macri contra un liberal oportunista como Scioli? A ver un poquito de autocrítica muchachada K. No sólo fracasaron, sino que no han dejado cagada sin hacer. Y en el medio han logrado crear una derecha con peso de masas y que puede triunfar electoralmente. ¿Por vez primera? Si señores, antes la derecha se tenía que camuflar dentro del peronismo o del radicalismo, y si se presentaba solita no los votaban ni sus propias madres. Se rifaron doce años de poder omnímodo, de absoluta mayoría legislativa, de boom económico. Y ahora van a insistir que fueron traicionados por los medios y la oligarquía. No hubo traición, hubo la ineptitud e incompetencia de una banda de ladrones y oportunistas que ahora se retiran con sus millones mal habidos, mientras que nosotros quedamos para pagar el pato.

Y vamos a otro puntito más. A no confundirse: la vamos a pagar y mal. Y por tres razones. Una es que lo que dejan es tierra arrasada. Y lo del «país más desendeudado del mundo» con una «economía pesificada», todo lo que quiere decir es que los bancos no van a quebrar con el desastre económico, pero el resto estamos desde hace rato con el agua al cuello. La segunda razón es que el nuevo Presi tiene ideología y principios no muy distintos a Kicilloff y sus amigos: hay que garantizar la tasa de ganancia, «obtener capitales extranjeros e inversiones», y «generar confianza». O sea, aumentar la tasa de explotación, igualito que planteaba Scioli o, si es por eso el gobierno de Kristina cuando se reunía con el FMI. En síntesis, estamos al horno, y más todavía por la tercera razón: el país que nos dejan los K es un quilombo y la «eficiencia» macrista implica que van a tomar medidas antipopulares. Sobre eso va enancarse el peronismo para reconstruir su fortaleza. Primero vendrán las recriminaciones, luego las deserciones para «mantener el carguito», y luego «la renovación» (probablemente liderada por Massa). Igualito que en 1985. En el medio tratarán de ponerse al frente de cuanta lucha popular haya, mientras generan esfuerzo por debilitar al gobierno. Como en 1988 y 1989. ¿Y el pueblo? Pero una cosa es el discurso pibe, y otra buscar el poder, aunque la gente se vaya al tacho. Déjà Vu.

Perón insistió hasta el hartazgo que «la única verdad es la realidad», a menos que seas peronista o progresista. En cuyo caso crees lo que quieras crees. La realidad es que desde 1954 (con el Congreso de la Productividad) en adelante, el peronismo ha protagonizado todas las grandes traiciones a los trabajadores. De hecho, ha llevado a la clase obrera de una derrota a otra. Pero nunca paga el pato, por dos razones. Una es que el progresismo sigue dándole cobertura. Entonces, no es el peronismo sino que son los «traidores» en su seno. Y la segunda, la dijo hace ya más de 40 años Mario Roberto Santucho: «el peronismo es de izquierda en el llano y de derecha en el gobierno».

Una observación final. Los que votamos en blanco nos vimos aplastados por el voto «positivo» y derechoso. Un uno por ciento votó en blanco, el resto voto antiK por bronca, o a favor de Scioli asustados por el liberalismo macrista. ¡Qué mal! ¡Cómo te equivocaste Pozzi llamando a votar en blanco! O no. Nunca esperé que fuéramos muchísimos, aunque si creí que llegaríamos al 3% (más o menos la mitad de los votos del FIT y el Frente Progresista). Pero ¿fue un error? Nop. Hoy por hoy sabemos que núcleo duro que quiere un mundo mejor son unos 600 mil argentinos. Parece poco, pero en realidad es mucho, aunque es obvio que mejor hubiera sido que fuéramos más. Ahí hay una base para construir hacia el futuro. En vez de lamentarnos, hay que tomar conciencia que 600 mil personas es una inmensa base para ir creciendo. ¿Y los rojillos que, asustados, votaron a Scioli? Obvio que hay que tener política para ellos, pero no en base a conceder ante sus debilidades, sino buscando las formas para que vayan creciendo en la conciencia de que ser furgón de cola del peronismo no resuelve nada, y menos aun crea un mundo mejor y más justo.

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2 thoughts on “«Déjà Vu»”

  1. Muy buena entrada… necesaria escansión de la derrotas más significativas a las que nos condujo el PJ.
    Una diferencia con sus opiniones: que nadie se llamen a engaño, Macri el balotaje ganó con los votos del PJ, sí con los votos de Massa, Rodriguez Saa, De la Sota, Moyano etc.

    Saludos, Diego

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