Maremoto amarillo

por Abel Bohoslavsky

En la noche del 22 de noviembre, Abel pensaba…

    • Maremoto gapónico con colores vaticanos ahoga la Argentina. Bajo la línea de flotación se ahogan millones de esperanzas. Por encima sobresalen los globos amarillos. ¿Cuántos de esos millones que viven de un salario sobrevivirán al oleaje que provocaron con su voto? “¡Cambio/cambio!” gritan desorbitados como los “arbolitos” que les ofrecen verdes. ¿Cuántos dólares van a poder comprar los votantes amarillos con sus sueldos más devaluados que hoy? Cuando se pinchen los globos, ¿habrá una Arca de Noé?

  • Curiosa democracia electoral que todos enaltecen. El que salió primero, terminó segundo. “Así es la ley”. La ley es la Constitución hija del Pacto de Olivos. Menem y Alfonsín viven en la realidad. Dice el dicho: “Hecha la ley, hecha la trampa”. Aquí la trampa es la ley.
  • Hay un vicepresidente procesado judicialmente, al que todos criticaban porque no se fue. Millones de críticos votaron un candidato procesado que ahora es presidente electo. ¿Le pedirán que dé un paso al costado? Si se diese ese milagro, ahora que ondean victoriosos los colores vaticanos, entonces tendríamos otra vez una mujer como presidenta.
  • No lo pudo el capitán Manrique (inventando el PRODE y el PAMI) en 1973. No lo pudo Alsogaray (“liberal, pero con votos”) en 1983 y 1989. Lo pudo Maurizio Macri (MaMá… mamita) con globos amarillos. La mayoría le creyó
  • El candidato a vicepresidente que no fue, el Chino Zannini dijo que “el último tramo de la campaña, hubo una reacción de la ciudadanía”. ¿No le parece una reacción demasiado reaccionaria?
  • El fallecido presidente Alfonsín dijo no hace tanto tiempo que si la sociedad giraba hacia el conservadorismo, su partido, la Unión Cívica Radical debería prepararse para perder elecciones. Sus sucesores resolvieron lo contrario. Pusieron su importante caudal electoral nacional para un desconocido hasta hace poco PRO. Y ganaron. Es decir, hicieron que el PRO ganara. El viejo lema radical “que se rompa, pero que no se doble” al museo.
  • Córdoba La Docta de la Reforma Universitaria de 1918, la del Cordobazo de 1969 y del Viborazo de 1971, viene de 16 años seguidos de gobiernos provinciales peronistas. Córdoba intelectual, académica, industrial y proletaria le dio el 70% de los votos al amarillo Macri. Los “herederos” del radical Sabattini y de los peronistas Obregón Cano y Atilio López votan conservadores. ¿Y los obreros de hoy saben quién fue Agustín Tosco? ¡Ah! Dicen que fue un obrero socialista marxista… ¿lo qué?
  • Maurizio Macri siempre ha dicho que su inspiración política es el presidente radical desarrollista Arturo Frondizi y que Menem fue un gran presidente. Su competidor perdidoso Daniel Osvaldo Scioli entró en la política iungido por Menem y dice que es desarrollista. El filósofo Tomás Abraham, furibundo antiK, dijo que ambos candidatos le gustaban tanto que le daban ganas de votarlos a los dos. ¿No se podían poner las dos boletas en un mismo sobre?
  • En Lanús, histórico bastión peronista donde hubo intendentes peronistas elegidos desde 1983, en la primera vuelta ganó el macrista Néstor Grindetti al joven camporista Julián Álvarez. En la segunda vuelta, Scioli le ganó a Macri. Según informaron, los padrones de votantes fueron los mismos en las dos vueltas.
  • Unos 5.200.000 – un 20% de los votos positivos – votaron a un tal Sergio Massa en la primera vuelta. Massa fue jefe de gabinete de la presidenta Cristina Fernández, aunque antes fue un joven liberal. Como el voto es secreto, no se sabe por quién votaron en la segunda vuelta esos votantes peronistas. Pero si uno suma ese 20% de votos massistas a los que Macri sacó en la primera vuelta, casi casi da exacto. La trenza que habían intentado infructuosamente de ir juntos en las primarias para hacer un frente antiK ganador no resultó. Ahora Macri saca más provecho, porque cosechó todos los votos para él. Con lo justo.
  • Dicen que históricamente, jamás un gobernador de la provincia de Buenos Aires puo ser presidente. La única excepción, que no es tal, es que Duhalde fue presidente en aquella rebelión que derribó a la primera Alianza (De la Rua/Chacho Álvarez) en el caliente verano del 2001. Pero a Duhalde no lo votó nadie. O sí. Lo votaron sus pares senadores y diputados. Y bué… Daniel Osvaldo Scioli, ungido por el dedo de la presidenta después de desbancar a Florencio Randazzo, desafió la cábala de la historia. Y perdió.
  • Los publicistas de ambos bandos coinciden en que ganó Macri y Cristina salió derrotada. Eso es mirar la realidad con vidrio esmerilado. O, para estar a la moda, la realidad en la pantalla de TV. Y llena de globitos. El golpe es para los de abajo, los sumergidos por el maremoto, que no son K ni antiK. Aunque muchos se la han tomado así, como si fueran…
  • Desde la TV, ellas y ellos hablan de alegría, paz y dulce de leche. No usan la palabra. La palabra es ajustazo, bien criolla, esa de ajustarse el cincho, que además es látigo. El ajustazo será todo lo que puedan ajustar. Habrá que ver cuándo los ajustados deciden pinchar el globo. No hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista. Remontar esta cuesta será más difícil que subir el Raspapiés. Si un argentino asmático pudo subir el Popocatepetl, ¿por qué no? ¡Dale, vamos Che!
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