por José María Rodríguez Arias
Cada vez que abre la boca, mete la pata. Esto se podría decir de la práctica totalidad de ministros y ministras en Perú. Y de Pedro Castillo, presidente de la República. Aníbal Torres, ex ministro de Justicia, renunció el pasado 3 de agosto a su cargo de primer ministro, con ello, obligaba al presidente a nombrar un nuevo gabinete… el presidente anunció un nuevo gabinete e, increíblemente, mantuvo a Torres como presidente del Consejo de Ministros (esto es, primer ministro). Sí cambió las personas titulares en seis ministerios (dos cambios de asiento, eso sí).
Lo increíble de toda esta tormenta política continua se encuentra en la publicación de la renuncia y la posterior no aceptación, que no fue el mismo día ni mucho menos, fue un par de días después. Torres, desdiciendo lo que ponía en su carta, afirmó poco más que estaba feliz con que no se aceptara su renuncia (¡voluntaria!), más parece que es de las pocas personas en las que Castillo puede confiar en momentos más bien inciertos..
Los nombres elegidos, por supuesto, vienen con mochila. Así, Miguel Rodríguez Mackay reemplaza a César Landa Arroyo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, tiene cierto trabajo previo en el Estado y es un experto con cierto reconocimiento (hasta ahí bien) que se opone al Acuerdo de Escazú y se opuso a que el CIDH anulara el indulto a Fujimori (lo consideró injerencia en asuntos internos), esas dos cosas, muy mal. Aún está pendiente la ratificación por parte de Perú del Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe (Acuerdo de Escazú) que, espero, el nuevo canciller no arruine con su oposición.
Geiner Alvarado dejó su cartera en Vivienda para asumir la batuta del Ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú; creo que es de los ministros más antiguos que tiene el Perú (vamos, han superado un año, que es lo que lleva el gobierno de Pedro Castillo)… lo de transportes lo conoce, fue director de Caminos (2017-2019) y llegó a director regional de Transportes y Comunicaciones (2019) en el gobierno regional de Amazonas, gobierno que le sancionó sin empleo y sueldo durante seis meses por irregularidades en el expediente y liquidación de una de las obras bajo su mando. Esperemos que no repita jugada en este área conocida.
Quien reemplaza en vivienda a Alvarado es César Paniagua Chacón, quien ha sido director (entre otros cargos) de EPS SEDA Cusco (empresa pública cuyas acciones mayoritarias pertenecen a la municipalidad provincial de Cusco), ha formado parte de una asociación patronal (Anepssa Perú) y, en nombre de la misma, formó parte de la OTASS; tiene un proceso judicial abierto que, en su momento, hicieron que la contraloría desaconsejara que entrara en el directorio de SEDA Cusco (empresa que le reclamaba más de 140 mil soles), por lo visto, es el típico proceso que no va a ninguna parte ni sale de sitio claro. Pero tampoco ayuda su existencia.
En el Ministerio de Economía y Finanzas reaparece Kurt Johnny Burneo Farfán, quien será ministro por segunda vez (la anterior fue bajo el gobierno de Humala, durante cinco meses fue Ministro de Producción), o a un cargo importante por tercera vez (también fue viceministro de Hacienda del Perú durante tres años, cuando el ministro era Roberto Dañino Zapata con Toledo como presidente); ha desempeñado también el cargo de director del Banco Central de Reserva del Perú y ha formado parte de la directiva del Banco Interamericano de Desarrollo. Este tipo no es precisamente de izquierdas (de hecho, era parte del equipo económico de Toledo para la campaña presidencial, con toda la teoría liberal del chorreo por detrás). Cuando Castillo buscó ampliar sus horizontes y aliados, llamó a Burneo, quien se negó por no coincidir en (casi) nada con quien, ahora, es su jefe. De hecho, este nombramiento es una forma de «tranquilizar» a los mercados y una muestra más del poco alcance que podría tener Castillo para realizar políticas transformadoras. Cómo serán las cosas que sus primeras declaraciones fueron, además de para hablar de crecimiento y promover la producción, para decir que se deben focalizar mejor los bonos sociales y no dar indiscriminadamente… bonos que no dependen de su ministerio, pero siempre se ha dicho que el MEF no deja de ser como un «supraministerio» en cuanto a que es el que da de comer al resto…
Cultura cambia de titular, Alejandro Salas no se va del gobierno, se pasa a Trabajo, mientras que Betssy Chávez vuelve al gobierno, unos meses después de haber sido censurada por el Congreso. Chávez, en su día, presidió el Ministra de Trabajo y Promoción del Empleo del Perú, cartera de la que se despidió por la censura votada en el legislativo. Vamos a admitir que queda, como poco, «feo» eso de recoger una persona censurada frente a un ministerio y ponerlo en otro; se está abriendo las puertas a que el Congreso vuelva a censurar a una persona titular de un ministerio y con cierta razón. El presidente del gobierno tiene suficientes fuegos que apagar como para venir con un fósforo como Chávez a pedir paso, por favor.
Lo peor, en el caso de Chávez, es que cuesta no entender su postura por la que, finalmente, fue censurada. «Aceptó» una huelga de controladores aéreos (uno de los estamentos más privilegiados entre el personal laboral, pero, justamente, lo son por su poder de negociación) y el Congreso consideró que debió prohibirla; la verdad es que las huelgas deberían estar aceptadas y su limitación (esto es, los servicios mínimos) debe ser lo más respetuosa posible con el ejercicio del derecho de huelga; pero tampoco es una ministra que se haya destacado por su trabajo para respetar el derecho sindical, el de huelga o promover una transformación en el precario sistema laboral de Perú, tanto fáctico como legal.
No se puede trabajar con una agenda a medio o largo plazo si los ministerios no aguantan un titular más allá de unos pocos meses (y lo de ministerios que no lo aguantan ni un mes no ha pasado pocas veces en esta legislatura); en Perú los ministerios suelen cambiar demasiado de titular, eso no ayuda en nada; tampoco ayuda la sensación de falta de rumbo y el claro obstruccionismo por parte del Congreso, pero esto no es nada nuevo, llevamos años viviéndolo (al punto que el antepenúltimo presidente, hace poquitos años, forzó su cierre y la elección de uno nuevo… que se comportó incluso peor que el anterior), tampoco es del todo nuevo, pero sí totalmente insoportable, que el presidente ni siquiera tenga el apoyo pleno del grupo político que le aupó al poder (al punto que dicho partido le pidió que se diera de baja como miembro del mismo).
Castillo se ha encontrado, desde el primer día, con una férrea oposición, tanto dentro como fuera del Congreso, tanto en su oposición natural (las derechas del Perú) como sus posibles aliadas (las izquierdas) como dentro de su propio partido (tal vez la más sangrante) y día tras día nos muestra que no tiene la capacidad de mando necesaria para superar dichas oposiciones, ya sea plantando cara a las derechas (donde termina concediendo demasiado), ni buscando amplias alianzas (con las izquierdas, a quienes abandona rápidamente), ni siquiera haciendo que su propia bancada funcione correctamente, y eso último no es culpa de los medios. Como tampoco es culpa de los medios que cada ministro del Interior elegido la líe en el cargo o, lo que es peor, sea destituido cuando sí está haciendo su trabajo.